viernes, 27 de febrero de 2009

Lo que vi aquel día...


Un día vi una puesta de sol sobre el mar mientras tocaba a Debussy...¡¡y así es tan fácil tocar!!...
Vi llorar a los más orgullosos y reír a los más tristes, vi muchos paisajes y ellos me vieron a mí...autobuses rojos, las Twin Towers, la sonrisa de la Monalisa (¿sonrisa?)...
También vi personas que contaban mil historias sin apenas hablar y otras que...pues que gritaban y no contaban nada...y vi muchos libros e imaginé algunas vidas y vi algunas vidas e imaginé muchos libros.
Vi cómo lo que más quería se me escapaba mientras lo que no se me escapaba ya no lo quería.
Me vi entre la espada y la pared...vi llorar y no pude llorar...vi susurros tan cercanos pero tan distantes a la vez...
También vi sonrisas ilusionadas, miradas atentas, palabras enriquecedoras y vi cómo un adulto se hizo niño mientras un niño hablaba como un adulto...¿quién es más niño?...
Vi que lo más fácil me parecía imposible y lo más difícil ya lo tengo.
Vi que soy demasiado pequeña, mientras los demás son tan grandes...y vi que muchos no me entendían, pero que me entenderán algunos...¿me entenderán?...
Vi, pero aún más escuché...
Y vi que el miedo se convertía en respeto y ...bueno...supongo que la soledad ...en compañía...Y vi la felicidad...

jueves, 26 de febrero de 2009

Lo que leí aquel día...

Día de sol...cultural (fui de excursión a un museo) y reflexivo... Ahí va un poema para seguir reflexionando...

El niño tiene
cien lenguajes,
cien manos,
cien pensamientos,
cien modos de pensar
de jugar y de hablar…

Cien modos de escuchar, de amar,
cien alegrías para cantar y entender.
Cien modos de descubrir,
cien modos de inventar, de soñar…

El niño tiene cien lenguajes,
pero le roban noventa y nueve.

La escuela y la cultura le dicen:
hay que pensar sin manos,
trabajar sin cabeza,
escuchar y no hablar,
entender sin alegría…

Le dicen que descubra un mundo que ya existe,
y de cien, le quitan noventa y nueve.

Le dicen que el juego y el trabajo,
la realidad y la fantasía,
la ciencia y la imaginación,
el cielo y la tierra,
la razón y el sueño,
son cosas que no están unidas.

Le dicen, en resumen,
que el cien no existe.
Pero el niño exclama:
“Sin embargo, el cien existe”.

Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo italiano (1920-1994)

lunes, 9 de febrero de 2009

Capítulo 0:Lo que escribí aquel día...

Martes, 30 de diciembre de 2008:

Queda un solo día para terminar el año…el 2008 se acaba…un año agridulce, como todos, con cosas buenas que no habías planeado, y otras tantas malas con las que tampoco contabas…como todos los años, supongo.
A un día de comenzar un nuevo año, me he propuesto comenzar también algo nuevo que llevo mucho tiempo pensando: crear un blog…
No lo he hecho antes por algunas razones de peso…o sin peso…¡qué sé yo!: por miedo a no escribir lo suficientemente bien (no me lo perdonaría); por miedo a que nadie leyera lo que escribo (¡qué frustración!) ;por miedo a que alguien leyera lo que escribo (¿qué pensarán de mí?); por miedo a tener más miedo (eso sobre todo).
Me encanta escribir, siempre me ha gustado…escribir una líneas en un papel cualquiera o en una libreta vieja, sin tapas…Muchos de mis escritos se han perdido en cajones sin fondo…otros lo he perdido yo…no quiero encontrarlos…(¡no los busques!).
Y…¿por qué escribo? Por mí, para mí, para nadie más…o sí…ojalá fuese así…
En los últimos meses, hay algo que nubla mi mente y creo que debo a comenzar a escribir…a ver si sale el sol…
La búsqueda de la felicidad…sí, sí…es un tema que me ronda, me persigue y yo a él…es un tema importante… ya nos conocemos…este tema y yo, digo…nos caemos bien, nos queremos en cierto modo, pero…no sé que pasa que no podemos estar juntos…